“Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy se que se llama amor hacia uno mismo.”
Charles Chaplin
Ese momento en donde te miras, te sientes y lo único que puedes percibir es que estás en mil pedazos. Hasta hacía unos momentos, o tal vez unos días atrás, te sentías una mujer amada, atractiva, segura de ti misma; pero llegó ese gran dolor, y ahora, ¿qué sigue?, ¿podré volver a sentirme bien?, de qué sirve cuidarme, arreglarme, entregarme, en fin, ¿de qué sirvió, si finalmente mi pareja me fue infiel?.
También es posible que no seas de las que se sentían así, sino que por el contrario tu autoestima no estaba en el nivel más alto, pero aún así, sentías que tal y como eras, tu pareja te amaba y aceptaba, pero llegó ese gran dolor y entonces ahora te sientes peor. Puedes pensar que esto pasó porque no te arreglabas, o porque te faltó hacer más ejercicio, o como dirían algunas abuelas o mamás machistas “te faltó atender más a tu marido”, o por mil ridículas razones más. Entonces pensarás, si antes no me amaba lo suficiente, ¿qué voy a hacer ahora cuando me siento más quebrada que nunca?
Bueno, ahora te quiero contar un poco de mí, en mi caso me identifico con el primero, pues siempre he sido una mujer vanidosa, me gusta estar arreglada, verme en el espejo y sentir que me veo hermosa y que me siento bien con lo que veo; no me importan las medidas y pienso que cada mujer es hermosa en la medida que cada una lo defina y lo desee, pues si tú te amas, con eso basta.
Pero cuando llegó por primera vez éste dolor de la infidelidad a mi vida, ese amor que me tenía se fue a la basura y sentía que no valía la pena hacer nada por mí; que ya esto había pasado y que cualquier cosa que hiciera no cambiaria el dolor. Si a esto le sumamos que en muchas ocasiones tu pareja te hace entender que de alguna manera tienes algo de culpa en el asunto, pues ahí estás acabada.
Ante una situación y un momento tan desgarrador como este, tú que me estás leyendo y te identificas con mis letras, sabes que llega el momento donde tocas fondo, no sabes qué va a pasar, hay mil preguntas, mil pensamientos: ¿se acabará el matrimonio?, ¿qué va a pasar con mi vida?, yo prometí y me dije a mi misma que nunca perdonaría una infidelidad, nunca más podré volver a confiar, en fin… (Del perdón y la confianza hablaré en otros post).
Vuelvo al punto en donde estábamos, en el fondo, y es precisamente allí en donde tenemos dos caminos:
A. No haces nada por salir y te quedas sumergida en el dolor, nada te motiva a amarte o volver a amarte
B. Miras hacia arriba y decides que tienes que salir de ese lugar, porque entiendes que si tú no lo haces, nadie lo hará por ti.
En mi caso tomé la segunda opción, decidí salir de ese fondo porque veía arriba la salida y sabía que cuando llegara allá, nunca más sería la misma.
¿Cómo lo hice?, ¿qué tan fácil fue? Quiero compartirte desde mi perspectiva y experiencia los 4 pasos más importantes que dí para volver a amarme y unir todas esas piezas rotas que el dolor había dejado:
1. Entendí que NO fue mi culpa
Culpa: Responsabilidad o causa de un suceso o de una acción negativa o perjudicial, que se atribuye a una persona o a una cosa.[1]
Seguro has escuchado decir cuando en una pareja hay infidelidad lo siguiente: …”Bueno, es importante ver lo que no estaba recibiendo en la casa, porque el que no encuentra en su casa lo que necesita, entonces lo va a buscar afuera…” Es decir, ¿aparte que la pareja fue infiel te están diciendo que fue porque a ti te faltó darle algo?. En lo personal, cada vez que escucho que alguien dice eso, para mi es exactamente lo mismo que cuando a una persona que es víctima de violencia física le dicen, “quien sabe usted que le dijo o hizo, que provocó que él/ella la golpeara así” … ¿Perdón?, ¿es que acaso hay razones justificadas para que alguien provoque un golpe ya sea físico o emocional?. Entonces no basta con tener los golpes en su cuerpo y cara, sino que aparte rematan a la persona diciéndole que es culpa de ella el haberlos recibido.
Bueno en una infidelidad, para mi, es lo mismo, aunque no puedes ver heridas en la parte física de la persona, te puedo asegurar que por dentro hay una hemorragia que te puede desangrar, hay una herida en el corazón que si hubiera una cirugía para sanarla, entrarías inmediatamente al quirófano. Hay moretones en tu mente y alma, en tus recuerdos, hay un dolor que ni siquiera la morfina o el opioide más fuerte podría quitarte. Sí, quizás estoy exagerando un poco, pero si lo haz vivido, se que entenderás estas expresiones.
La pregunta es: ¿Es tu culpa que tu pareja haya decidido serte infiel y causarte lo que acabo de describir? Si tienes en cuenta la definición de culpa que describí al inicio de este paso, ¿eres tú la responsable de lo que hizo tu pareja siendo él un adulto y un ser racional?
Para mí, el poder comprender que NO FUE MI CULPA; que al igual que cuando una mujer es violentada físicamente no existe ninguna excusa o razón que la califique a ella como culpable o responsable de recibir aquellos golpes, de la misma manera hoy quiero decirte que la infidelidad no fue tu culpa.
Este fue uno de los pasos que me ayudó a recobrar mi auto estima, como les mostré en la gráfica del post anterior, la fidelidad y la infidelidad son una decisión, una determinación que no depende de si todas mis necesidades o requerimientos están cubiertos, pues de ser así todas las personas seríamos infieles, pues somos humanos, fallamos y somos defectuosos.
Este es un momento en donde te miras y crees que no hay nada rescatable en ti, pero precisamente es el momento de rescatar TODO de ti. No te compares con nadie, más que contigo misma, mírate frente al espejo y piensa si te gusta y amas lo que ves. Tú eres mucho más que el momento de crisis que estás viviendo, por eso mi segundo paso es este:
2. Si yo me amo, con eso basta!
Recuerda que no debes compararte con nadie y menos con la persona con la que tu pareja te fue infiel. Tú no necesitas cambiar para agradarle a alguien más, o parecerte a, o cumplir con.
Lo único que verdaderamente importa acá es que tú te ames como eres y que si hay algo que quieras y puedas cambiar, entonces hazlo, pero hazlo por ti.
En la cultura latina y en general en el mundo entero, la mujer ha estado siempre bajo mucha presión, una presión alineada a los estándares ridículos que hacen sentir mal o fuera de forma a quien no tiene las medidas perfectas, o los senos y la cola voluptuosa. Nos avergonzamos de nuestras estrías, celulitis, gorditos de grasa, en fin.
Si hay algo que he descubierto es que no hay forma más perfecta en la que tú te sientas mejor, no se trata de medidas, no se trata de kilos o libras de más o menos, se trata de pararte frente a un espejo y decir, AMO A LA MUJER QUE ESTA ACA EN FRENTE, SOY HERMOSA TAL Y COMO SOY.
Entonces, si tú te paras frente al espejo y amas lo que ves, estás como quieres. Pero si tu te miras frente al espejo y no te gusta nada o hay ciertas cosas que no te gustan, entonces es momento de evaluar y hacer cambios. Ya sea que pienses: quiero mi cabello diferente, no me gusta mi cuerpo, quiero engordar, quiero adelgazar, en fin, pueden haber muchas cosas, pero lo bueno es que para todo hay un plan de acción que puedes empezar en ese mismo instante.
Quieres resultados diferentes, haz cosas diferentes!. Recuerda, la motivación debes ser tú misma.
Lo más importante es que todo lo que decidas hacer lo hagas POR TI, no por nadie más, hazlo por ser feliz contigo misma, por amar cada centímetro de tu cuerpo y cara, en serio te digo algo, tú eres la persona que MÁS debe amarse. Eso sí que marca la diferencia en cualquier ser humano; esa decisión te hará ser una mujer más segura de sí misma, de sus capacidades, y todas las personas a tu alrededor verán como brillas a medida que vas decidiendo amarte.
Comienzo por sugerirte que hagas una lista de lo que quieres cambiar y frente a cada cosa escribe el plan de acción que realizarás cada día para cambiar eso.
En mi caso, te cuento que más que trabajar en mí parte física, yo tuve que trabajar mucho en mi mente, en recordarme todos los días lo valiosa que yo soy, mis cualidades, la extraordinaria mujer que había en mí y repetirme una y otra vez que lo que estaba pasando, no determinaba mi valor.
Sin embargo, aunque el trabajo mental y emocional que uno realiza es muy importante, hay algo que lo es mucho más. Lo coloqué como tercer paso, pero no quiere decir que no haya sido lo primero que hice. Lo dejé aquí porque considero importante identificar primero qué necesito, o en que áreas necesito ayuda. Es algo así como cuando vamos a un doctor; definitivamente si le llevamos los resultados de los exámenes, para el doctor será mas fácil dar un diagnóstico y tratar.
Bueno de esta misma manera, doy mi tercer paso que es:
3. Volviendo a mi creador
Cuando compramos algo y sale defectuoso o deja de funcionar, tenemos claro que lo podremos llevar a quienes lo fabricaron y allí lo arreglarán.
Bueno, yo tuve que salir corriendo a donde mi Creador y decirle: me quebraron, me siento en mil pedazos y creo que ya no podré volver a ser como era antes. También le dije, sé que no hay nadie que pueda repararme mejor que tú; si tú un día me creaste, no te costará entonces arreglarme.
Básicamente le quieres pasar una lista de lo que necesitas arreglar. Acá están algunas cosas de la lista que yo pasé en ese entonces:
Necesito un abrazo y sentirme amada, pues quien creí que me amaba me defraudó.
Necesito volver a tener confianza en mí misma.
Me siento la más bruta del mundo, se burlaron en mi cara y no lo pude ver.
Siento un dolor en mi pecho (literal), más exactamente en mi corazón; me falta el aire, no siento que pueda respirar bien.
Físicamente no valgo nada, no importa como yo sea, nada bastó.
Solo quiero que me repares y que el dolor se vaya.
Quiero poner mi mente en blanco y no pensar, ni recordar nada.
Necesito paz.
Una vez al llegar a hablarle a Dios, sí, mi Creador; así tal cual como ésta lista, con las palabras más sencillas pero que describan cómo te sientes, entonces Él comienza a responder :
¿Y cómo responde Dios?, ¿en dónde busco sus respuestas?. Bueno, aunque todas quisiéramos que una voz sonara desde el cielo a hablarnos o que un ángel se apareciera y nos dijera acá está el mensaje para ti, pues no, la realidad es que no es así, si queremos escuchar lo que Dios quiere decirnos pues entonces debemos buscarlo en todo lo que hagamos.
Una de las maneras como pude encontrar las respuestas de Dios, fue en la Biblia. Podría escribirles muchos versículos que fueron respuestas de Dios a mi vida, pero les dejaré mis favoritos:
· Salmo 18:16
“Extendiendo su mano desde lo alto, tomó la mía y me sacó del mar profundo”
· Isaías 40:31
“Pero los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas. Podrán caminar sin cansarse y correr sin fatigarse”
· Salmo 73:26
“Podrá desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna”
· Filipenses 4:7
“Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo”
· Proverbios 31:25
“Es Mujer de carácter; mantiene su dignidad y enfrenta confiada el futuro”
En este capítulo de Proverbios está hablando de las muchas cualidades que tiene la mujer, y esas tres palabras claves me fascinaron, así que decidí hacerlas una realidad en mi vida.
Para mí fue un momento en donde decidí que quería estar entera. Cada día desde que me levantaba me decía a mí misma: yo sé la mujer que soy, sé mi valor, voy a mantener mi dignidad y enfrentaré confiada mi futuro, sea el que sea, acá estoy.
Fue comprender que Dios siempre ha estado conmigo y que por más destruida que me encontrara Él desde ya estaba extendiéndome su mano y diciéndome todo va a estar bien! Me estaba recordando mi valor.
Es muy importante que entiendas que amarte de nuevo se trata de muchas decisiones cada día. Tú podrás leer la biblia; o frases motivacionales; o escuchar expertos en autoestima; o ir a terapias; pero nada, ni nadie podrá decidir por ti, ni siquiera Dios.
En cuanto a la relación de pareja, es posible que aún no tengas claro lo que quieres hacer. Sin importar esto, busca sanarte y amarte. El sentirte bien te hará, como dice el último versículo: enfrentar el futuro confiada, segura de ti misma, ya sea que decidas dar una oportunidad y trabajar junto a tu pareja por tu relación, o que decidas seguir sola. Para ambos escenarios lo importante es que estés sana y completa en Dios. Créeme, como tú te veas, te verá también tu pareja y todo el que esté a tu alrededor.
Por último en este paso, en cuanto al amor, recuerda que el verdadero amor ya te encontró a ti, cuando alguien ama es capaz de dar su vida por esa persona que ama y ese precio Jesús ya lo pagó por ti. Si tu entiendes eso, sabrás que eres una mujer completamente amada y feliz.
Aquí les quiero dejar algunos links de charlas y libros recomendados que también me animaron a seguir adelante y alimentar mi espíritu.
Felices, responsables y completas, por Natalia Nieto https://www.youtube.com/watch?v=5Ug-Ppe2qfk
Sanando el despecho , por Natalia Nieto https://www.youtube.com/watch?v=rP9ZeGWQsog
Como enfrentar la desilusión, por Danilo Montero https://www.youtube.com/watch?v=rL19MO0esvA
Libro: Una vida con propósito, autor: Rick Warren
Libro: Destinado al éxito, autor: Dante Gebel
4. Encontrar tu propósito
Como mujeres muchas veces sentimos que acá acabó nuestra vida, pues teníamos en nuestra mente que tener un hogar o una familia, era la máxima realización, y como este es un momento en donde el mundo se te derrumbó, pues es posible que sientas que te quedaste sin propósito, que fracasaste y que por lo que vivías se terminó de la nada.
Pero un momento, entonces ¿tener un matrimonio, o relación era tu propósito de vida?. Creo que muchas veces sin darnos cuenta olvidamos, nuestro norte o quizás nunca lo habíamos encontrado.
A nivel personal, cuando viví esta experiencia y pensaba en el futuro, me sentía muy desubicada y sin una dirección, era como si pensara: ¿y ahora qué?, ¿para dónde voy?, ¿si se acaba el matrimonio qué haré?, entonces empecé a buscar el propósito de mi vida. Me di cuenta que llevaba muchos años apoyando los sueños y proyectos de mi pareja, pero que en realidad aunque éramos uno solo, eran sus sueños. Comencé a leer libros que me ayudaron a encontrar ese propósito y en uno de los libros había un ejercicio, que muy seguramente ya lo habrán escuchado, pero creo que es demasiado bueno cuando uno quiere encontrar el para qué está en esta tierra.
En el libro me pedían que escribiera el epitafio que iría en mi tumba: y yo sin dudarlo escribí algo típico como: Siempre te recordaremos por ser una gran esposa, mamá, hermana, hija y amiga. Cuando terminé de escribir lo leí y me sentí muy triste, pensé: eso dicen casi todas las tumbas del cementerio; además pareciera el resumen de un ser vivo más que vino a este mundo a nacer, crecer, reproducirse y morirse, y ya.
Este ejercicio me hizo estremecer; entonces medité varios días en mi propósito. Me preguntaba ¿por qué razones quiero ser recordada cuando no este?. La mayoría de mujeres son buenas esposas, mamás, hijas, etc. Yo no quiero ser una más. Al pasar los días, estando con Dios, porque al igual que el punto anterior, adivina ¿quién te puede decir el propósito por el que fuiste creada?... exacto! Tu Creador! Volví a escribir mi epitafio y resultó algo así: Gracias por haber tocado la vida de cada una de las personas que te conocimos, siendo un ejemplo de amor y de esperanza, más que una buena mamá, mujer, hija, amiga, hermana, nos dejaste un legado y pudimos ver a Dios a través de ti, gracias por cada sonrisa.
Después de descubrir esto, sientes que todo tiene sentido; que no importa en qué situación estés hoy, si estás caída, o en un desierto, igual tienes claro que debes levantarte, porque hay un propósito por cumplir. Entiendes que no importa tu estado civil, pues sea sola o con tu compañero, de igual manera debes seguir. Entiendes que tu vida tiene un sentido que no lo determinan las circunstancias por las que pases, porque en realidad hoy puedes estar viviendo esta situación y seguramente vendrán muchas más, pero cuando sabes para dónde vas, así se te presenten mil cosas en el camino, seguro que llegarás.
Yo lo entendí no hace mucho, tal vez como 6 años atrás y desde ahí, me ha sido mas fácil levantarme en mis caídas. Tener mi propósito claro me ayudó a salir de ese pozo profundo y decidir cada día que debo seguir, pues hay muchas vidas por tocar que aún necesitan saber que Dios los ama.
“Si quieres una mano que te ayude, la encontrarás con seguridad, al final de tu propio brazo”
Napoleón Bonaparte
Espero de todo corazón que este post haya tocado tu vida y te sientas motivada a amarte con locura cada minuto que tengas. La decisión es tuya.
Desde mi alma hacia la tuya…
Adry
[1]https://www.google.com/search?q=significado+de+culpa&rlz=1C5CHFA_enUS812US814&oq=signi&aqs=chrome.0.69i59j69i60l3j69i57j0.2959j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8
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