Ha llegado un momento maravilloso, un momento en el que después de haber mirado mucho MÁS ALLÁ de lo que vemos en un ESPEJO, para entender que para vernos bien primero es necesario sentirnos bien y que para sentirnos bien, tuvimos que analizar qué semillas negativas(mentiras) habían entrado en nuestra vida, quiénes las sembraron y cómo dieron fruto en nuestro corazón, mente y carácter; después de esto, haber podido descubrir también LA MAGIA DE SANAR, arrancar de raíz todas esas semillas, perdonar a quienes las sembraron y decidir nunca más volver a creer esas mentiras ni a recibir esas semillas, ni a esos sembradores. Nuestra tierra está limpia, nuestro corazón en proceso de sanar, estamos listos para recibir unas nuevas semillas, unas semillas, que a lo único que nos lleven sea a nunca más ceder nuestro derecho sobre nuestra autoestima, unas semillas que echen raíces profundas de amor propio y respeto, unas semillas que nos lleven a creer, admirar y a enamorarnos enloquecidamente de la persona a la que vemos en el espejo.
Es muy importante que seamos realistas y que entendamos que la sanidad es un proceso. Al igual que todo proceso, la siembra y la cosecha también toman tiempo. Yo sé que sobre todo en esta época, está de moda el querer que todo pase de manera instantánea, queremos tener respuestas inmediatas, cambios, y resultados para ya; pero la realidad es que hay muchas cosas que no son instantáneas, sobre todo cuando se trata de transformarnos, de sanarnos y de recuperar nuestra esencia.
Yo no he querido centrar esta serie sobre la autoestima en lo físico, no porque no sea importante que amemos nuestro físico, sino porque estoy convencida que ese será el resultado final de este proceso que comenzamos desde nuestro interior. Hay muchas personas que teniendo una autoestima baja han colocado sus esperanzas en una cirugía estética, pensando en que esa será la solución para su amor propio y al paso del tiempo se dan cuenta de que no es así. No estoy en contra de las cirugías, conozco varias personas que se las han hecho y he podido ver como de alguna manera les hace sentirse mas seguras, pero esto no es la fuente de la seguridad ni de la belleza; no podemos poner nuestra esperanza en un cambio estético que finalmente se desgastará; y volvemos a la pregunta de la primera etapa ¿amas no solo lo que ves en el espejo, sino a quien ves a través de ese espejo? ¿Qué va a pasar cuando ya no te veas como te ves después de la cirugía? ¿o si te pusiste algún implante y un día te los deben quitar, que pasará con tu vida y tu seguridad?,¿te amarás igual?.
El amor hacia nosotros mismos no podemos basarlo en estereotipos, ni en aspectos físicos que cambian constantemente, no podemos fundamentar nuestra autoestima basándonos en lo exterior o en nuestro estado de ánimo; por el contrario, nuestra autoestima debe estar fundamentada en una base sólida, que no cambia, no se desgasta, no se acaba, no depende de tallas ni medidas, simplemente es la base de nuestra existencia:
NUESTRO DISEÑO ORIGINAL
Ese diseño que en algún momento o en algunos aspectos de nuestras vidas lo perdimos, pero que afortunadamente podemos recuperar. Ese diseño que nos permitirá estar en la mejor forma que jamás te hayas imaginado, te brindará una seguridad arrolladora, te recordará que “sí puedes” muchas cosas, te hará sentir que ni siquiera todo el oro del mundo podría pagar lo que tu vales, te llenará de convicciones claras e inconmovibles sobre ti mismo!
En la vida, podrás hacer mil cosas para hacer cambios físicos, podrás hacerte cientos de cirugías y te aseguro que nada de esto te llevará a amarte, ni a respetarte, ni a confiar mas en ti, solo hay una cirugía que hace que esto sea posible, la buena noticia es que es gratis, la segunda buena noticia es que te la puedes hacer cuando quieras y la tercera buena noticia es que no tienes riesgo de morir en ella.
Ya tenemos lista y limpia nuestra tierra y nuestro corazón; hoy podremos acceder a la cirugía que implantará en nosotros las mejores semillas, sin limite de tamaño, forma o valor; hoy haremos una cirugía a nuestra MENTE y CORAZÓN, una cirugía que nos llevará a un nivel de autoestima maravilloso, una cirugía que nos hará un cambio extremo y que una vez esté hecha y sigamos los cuidados, nos podremos sentir, pero de verdad sentir, más seguros que nunca, desbordaremos amor por nosotros mismos y confianza, hoy vamos a ingresar a ¡LA CIRUGÍA PERFECTA!
1. Nuevas semillas
Al igual que en el primer punto de la primera etapa, en donde exploramos e identificamos las semillas que nos lastimaron y nos marcaron nuestra vida, hoy vamos a traerlas de nuevo, pero con el único fin de encontrar la semilla correcta por la que la vamos a reemplazar; es decir, por ejemplo:
“Teníamos una semilla de RECHAZO porque en nuestra casa hubo favoritismos, entonces hoy vas a sembrar en tu corazón y en tu mente ACEPTACIÓN.”
La idea es hacer esto con cada una de esas mentiras que se plantaron en nuestro corazón haciéndonos daño y sobre todo haciéndonos creer algo QUE NO SOMOS, así que hazlo con cada una de ellas, de modo que al final puedas tener un listado de esas nuevas semillas que a partir de hoy quedarán implantadas en tu mente y corazón.
Tal vez tu lista termine siendo algo así:
· Aceptación
· Seguridad
· Elogio
· Reconocimiento
· Admiración
· Amor
· Abrazos
· Constancia
· Valor
· Dignidad
· Alegría
Les voy a contar algo que me pasó y en donde creo que pude entender por qué yo tenía que recuperar mi autoestima después de verla tan destruida por las infidelidades. En una ocasión después de una crisis de infidelidad, asistí a un curso de sanidad, de los que les hablé en el post pasado, allí por supuesto habían más personas y parejas. Yo estaba ahí pensando una vez más que definitivamente yo era la culpable de las infidelidades de mi pareja y por muchas razones yo pensaba: “esto pasó porque tengo que tener mejor cuerpo”, “debe ser que estoy muy gorda”, “o debe ser porque tengo estrías”, en fin las personas que han pasado por esto, me entenderán y sabrán que uno piensa así, y bueno estaba yo ahí conversando con el grupo y empecé a ver a otra parejita, ella era diferente a mi físicamente, por decirlo de alguna manera, digamos que podría tener 2 o 3 veces mi peso, yo sentía cómo ella me miraba y me analizaba y al poco tiempo de compartir en el grupo ambas supimos que estábamos allí por la misma razón, queríamos sanar la herida causada por una infidelidad, sin embargo, entendí que las miradas de ella eran como si pensara y se preguntara: “Mi pareja me puso a mi los cachos por estar “gorda” (porque esto era lo que ella pensaba), pero ¿Y a ella por qué se los puso su pareja si ella “gorda” no está?. Es increíble los engaños tan grandes que una situación nos puede llevar a pensar pues nos hace creer que eso en verdad es lo que somos y que eso nos define.
Ese día yo entendí muchas cosas, pero la más importante que entendí es que tenemos el sentido del verdadero VALOR de una persona muy alterado. Ese día yo entendí que si mi pareja me valoraba a mí, por mi exterior, por la forma de mi cuerpo, o por el estado de mi piel o por lo que fuera que no fuera mi SER, me estaba pesando con la balanza equivocada; ese día entendí que yo no podía dejar que una crisis o que una decisión de otra persona determinara mi valor. Recuerdo que yo siempre le preguntaba algo a mi ex pareja y le decía: ¿Qué pasaría si un día tengo un accidente y quedo parapléjica?, ¿Ya no sirvo?, ¿perdería mi valor, pues es un aspecto físico lo que vale de mi?, o ¿Qué pasará con el paso de los años?
Nosotros valemos mucho más allá que el cuerpo que tengamos, por favor no me malentiendan, yo pienso que debemos cuidar nuestra salud y nuestra imagen física, pero no basados en estándares impuestos por un mundo de farándula y comercio, sino basados en lo que cada uno de nosotros ame ver cuando se mira al espejo, es decir, no hay medidas ideales, ni talla perfecta, tampoco hay que matarse por no tener celulitis o por tener el abdomen marcado, por el contrario las medidas, la talla, el estilo, lo ponemos cada uno; ama a quien ves en el espejo solo porque eres tú y tú VALES.
Teniendo esto claro, me parece genial que trabajes en verte bien y feliz según tus criterios y no los de nadie más, me parece válido que si consideras que una cirugía estética te puede ayudar a cambiar algo que quieres cambiar de ti (no lo necesitas, solo tu quieres) entonces hazlo, pero lo que sí quiero que entiendas, es que una cirugía estética, o mil horas en un gimnasio para lograr un cuerpo escultural, no te harán amarte más, no te harán más segura, no te harán valer más; si tú misma consideras que tu valor está en tu exterior, entonces los demás también lo verán así y entonces ¿Qué pasará el día que algo cambie en tu físico?, ¿O si no quieres volver al gimnasio? O ¿Si por temas de salud te tienen que quitar las prótesis? Qué pasará ese día ¿automáticamente se te esfumará tu amor propio y tu seguridad?.
Por estas razones, quiero contarles que aunque estuve a punto de hacerme dos cirugías en algún momento, un día tomé la decisión de que nunca lo haría, porque entendí que eso no me daría mayor valor, porque entendí que mi autoestima no volvería a mí por entrar a un quirófano, entendí que en lo único que yo debía trabajar si quería volver a amarme y a aceptarme como soy, era en mi mente y en mi corazón, en mi alma, pues entendí que yo no podía pretender darle valor a mi vida trabajando solo en una parte de mi ser que era mi cuerpo, entendí que somos no solo cuerpo, sino alma y espíritu. Así que, en ese momento decidí hacerme la cirugía perfecta no en mi cuerpo sino en…
2. Mi mente y mi corazón
Hasta acá hemos hecho una limpieza en nuestra alma y espíritu, hemos desechado todo lo que no sirve, hoy estamos sembrando las mejores semillas para nuestra vida, pero como toda siembra tomará su tiempo; por esa razón es de vital importancia que nuestra mente se ponga en sintonía con nuestro corazón.
Al igual que cualquier siembra, ya tenemos claro que no es solo preparar una tierra y poner una semilla, el éxito de cualquier cosecha es el proceso. Tu pudiste haber comprado las mejores semillas, haber buscado el mejor terreno, pero si pones las semillas y nunca mas vuelves, sino que regresas a los seis meses esperando recoger la cosecha ¿Adivina que encontrarás?
Todo sembrado requiere de alguien que lo cuide, pues en cualquier momento puede pasar algo, puede venir una peste, o una tormenta, o un verano intenso y destruir la cosecha en cuestión de minutos. Por eso debe haber alguien pendiente, alerta, espantando a todo lo que pueda querer destruir esa futura cosecha que con tanto esfuerzo se ha esperado.
Bien, de la misma manera pasa en nuestras vidas, quiero que recuerden por cuántos años las semillas destructivas estuvieron en sus vidas, si les pasó como a mí, que tuve que sanar obviamente heridas de mi infancia, adolescencia y adultez, pues la respuesta será entonces bastante tiempo, tiempo en el que vivimos engañados y acostumbrados pensando que “así éramos nosotros” y por lo mismo esa semilla cada vez se fortalecía más en nuestro interior.
A diferencia de las semillas malas, que en realidad y desafortunadamente no necesitan tanto cuidado, con las semillas buenas no pasa lo mismo. Piensen lo siguiente, cuando alguien en el trabajo te dice algo como: “ yo sabia que tú no podías” y en la tarde llegas a tu casa y tus hijos te reciben a gritos diciéndote: “eres la mejor, gracias por todo lo que haces”, ¿en qué te quedas pensando más?, ¿Cómo llegas al trabajo al otro día? Y así pasa con todas las semillas malas y buenas, hay palabras, hay hechos que destruyen nuestra vida, pero también hay muchas palabras y muchos hechos que construyen castillos en nuestra vida, hay personas que te pueden decir que no te quieren, pero hay otras que te gritan con sus vidas que te aman, el problema es que nosotros nos quedamos muchas veces solo con lo malo y alimentamos esas semillas. Por esta razón, porque así es nuestro instinto humano, es que tenemos que meterle MENTE a nuestras decisiones, tenemos que meterle CORAZÓN y trabajar en equipo para cultivar esas semillas buenas que hoy queremos que sean las que rijan nuestra vida. De nada sirve sembrar hoy las semillas si nos vamos y las dejamos ahí, Nooo, necesitamos que nuestra mente y corazón trabajen en equipo para cuidarlas, para no dejar entrar plagas, ni enfermedades que las destruyan.
Yo operé mi mente y mi corazón, las alineé para que con pasión, trabajáramos en conjunto, por cuidar todo lo que me diera dignidad, valor y amor, que finalmente es ese sentimiento que tenemos por nosotros mismos llamado AUTOESTIMA.
Así que hoy reitero lo que les escribía en el primer post, ¿Tú quieres amar tu cuerpo?, ¿Tú quieres verte bien?, ¿Tú quieres ser segura de ti misma y creer en ti?, entonces haz que tu mente y tu corazón lo quieran. Te voy a dar un ejemplo:
“Tu corazón ama a alguien, pero ese alguien te hiere, te opaca, te maltrata emocionalmente, entonces tu corazón quiere seguir ahí porque ama; pero llega la mente y te dice, tu sabes que no debes estar con esa persona, no le hace bien a tu vida, es alguien tóxico, salgamos de allí.”
Este es un claro ejemplo de por qué nos cuesta cuidar las buenas semillas y es porque la mente y el corazón no se alinean y no trabajan en equipo, por eso finalmente somos nosotros, los que mandamos sobre ambos. Si tú con tu mente sabes que debes salir de algún lugar, que debes alejarte de alguna persona, que no debes tolerar mas algunas situaciones, que no debes guardar comentarios o pensamientos tóxicos, decídelo con tu mente y haz que tu corazón siga esas decisiones, finalmente él mismo te lo agradecerá, porque aunque el corazón ama también sufre y cuando lo hayas sacado del sufrimiento entonces le dirá a tu mente: “menos mal que te hice caso”
Pongamos en forma nuestra mente y nuestro corazón, cuidémonos; entendamos que si nosotros no cuidamos de nosotros mismos NADIE más lo hará, debemos entender que si nosotros no nos amamos a nosotros mismos, entonces NADIE lo hará, no sigamos esperando a que la vida te ponga en donde quiera que estés, mejor piensa en dónde y cómo quieres estar y ve por ello.
3. Cuidando de mi
Bien llegamos a la parte final de este post y bueno como toda cirugía, sabemos que de las cosas más importantes son los cuidados post operatorios, así que vamos a establecer cómo vamos a cuidar TODO lo que hemos logrado hasta ahora, de modo que:
Nunca más…
Diré algo negativo sobre mí misma
Dejaré que alguien me lastime o me destruya con sus palabras o hechos
Dejaré que un comentario, acción, o gesto malintencionado se queden en mi mente o corazón (como yo les digo a mis hijos, todo lo que escuchen que no les aporte a sus vidas, repitan después de mi “me resbala”)
Dejaré que una situación o crisis me defina
Dejaré que un estereotipo o una cultura determine mi valor
Me criticaré o renegaré sobre mi físico
Siempre voy…
A decirme y escribirme diariamente afirmaciones
A resaltar todos mis logros y capacidades
A admirar mis cualidades
A permanecer junto a las personas que reconocen mi valor y me ayudan a ser mejor persona
A trabajar en mis defectos como forma de amarme y de querer ser mejor persona
A relacionarme con personas que me respetan y me tratan bien
Sigamos estas recomendaciones y volvámoslas un hábito en nuestras vidas, establezcamos limites y cuidemos nuestra siembra.
Para finalizar y como siempre, no puedo despedirme sin darles el dato más importante: ¨mi cirujano…¨ Solo quiero decirles que hubo algo trascendental para entender mi valor y recuperar mi autoestima cuando todo a mi alrededor me hacía sentir que yo no valía, que era fea, que no era suficiente, que era incapaz de todo, ese cirujano (Dios) me recordó lo que había determinado mi valor y me dijo:
"Yo te amé tanto y para mi tienes tanto valor, que di a mi único hijo por tu vida, partiendo la historia de este mundo en dos, con el acto de amor más grande jamás registrado en la historia, ¿quieres saber cuánto vales?, para mi valiste, lo valiste todo, valiste lo que yo más amaba…"
Desde mi alma hacia la tuya
Adry
Comentários